Hay besos que no deseas, o no esperas, pero que llegan y no te sorprenden. Lo que te sorprende tal vez es que no sabes cómo ni por qué, pero te empieza a gustar. Eso sí que es inesperado.
Ese beso inesperado, esos besos que hacen sentir tanto.
Eso no se puede olvidar

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